El Defensor del Pueblo estuvo 2 semanas internado con asistencia de oxígeno, debido a una neumonía bilateral. Contó cómo fue transitar una enfermedad y deberá someterse a controles para saber si le quedó alguna secuela.
Primer fue una congestión que atribuyó a alergias recurrentes que suele tener.
Pero cuando empezaron a aparecer los dolores corporales y la fiebre, se encendieron las alarmas. Juan Manuel Quintana, Defensor del Pueblo de Pilar, estuvo 2 semanas internados por un cuadro delicado de covid, con asistencia de oxígeno debido a una neumonía bileteral que avanzó de un día para otro.
De 46 y con un asma controlado, que según estudios no se traduce en la posibilidad de cuadros graves de la enfermedad, Quintana fue dado de alta en la jornada.
Con un hilo de voz y el habla pausada, Quintana dialogó con el programa Agenda Propia FM (105.9), donde contó como fue el proceso que le tocó vivir, y pidió a la gente que extreme los cuidados y no subestime al virus.
“Desde el 1 de mayo empecé con síntomas, la pasé muy muy mal, con dolores corporales muy fuertes, mucha fiebre, y estuve 14 días en internación. Soy asmático y alérgico y estaba congestionado. Pero los dolores corporales eran muy fuertes, por lo que decidí hisoparme”, relató Quintana, quien destacó el funcionamiento del sistema de Salud y el equipo de Telemédicos.
El resultado dio positivo, pero como en primera instancia el cuadro, más allá de la fiebre y el intenso dolor corporal, no ameritaba mayores cuidados, fue enviado a su casa, aunque con seguimiento de médicos vía telefónica.
“Tenía dolor óseo y muscular muy fuerte, como si me hubiesen patoteado. Me prestaron un saturómetro y me faltaba oxígeno. Me hicieron unas placas en la Clínica Fátima, pero en primer momento no tenía nada. Pero al otro día me empezó a faltar el aire, llamé a la ambulancia, me hicieron una tomografía en el Hospital Sanguinetti y salió que tenía neumonía bilateral. Gracias a Dios era leve, la agarramos rápido. Me estabilizaron y mandaron a Maristas. Pero requería ir a un lugar de más especialidad, y el (ala de adultos del Hospital) Falcón está preparado de primera, con un gran equipo”, agregó.
Quintana insistió que en su caso fue clave el haber detectado a tiempo la neumonía y la asistencia que recibió primero en Maristas y luego en el Falcón, por lo que instó a la gente a consultar de inmediato a profesionales.
“La gente no se tiene que dormir, se tiene que apurar (en recurrir al médico). Si avanza (el virus) es cuando se complican los cuadros, pero ante la primera falta de oxígeno tiene que recurrir rápido, no hay que desperdiciar ni un minuto. Estoy muy cansado, camino despacio, me cuesta hablar, pero estoy contento de estar en casa. Los médicos me recomendaban no mirar noticias en el celular, y ahora veo que está todo muy complicado. Le pido a la gente que tome conciencia, que hay que cuidarse”, continuó.
“Estaba anotado para vacunarme hace un montón, me salió el turno justo ayer y lo tuve que suspender. El médico me recomendó que vaya despacito, que haga un control con un neumólogo, se supone que la neumonía está curada pero nunca se sabe, y también control cardiológico, hay algunos (pacientes) que quedan con secuelas. No sé cómo me contagié. Tuve muchas reuniones y por lo que estuve viendo una persona estaba ya contagiada y no se estaba cuidando, pero a ciencia cierta uno no sabe. Hay que tomarse muy en serio esto porque nunca la había pasado así de mal. No tuve miedo, soy creyente, pero una noche me tuvieron que dar un calmante porque la cabeza trabaja”, cerró.